Reflexión:
Desde el 26 hasta el 31 de enero, tuve la oportunidad de realizar un viaje por una zona de mi país que me permitió experimentar cosas que en ninguna otra parte del mundo se que podre vivir. El hecho de viajar en un grupo tan grande es algo para muchas personas es poco placentero, pero en mi causo lo contrario, pues si es mas difícil de manejar, pero sin embargo esto fue uno de los aspectos que hizo que pudiera disfrutar aun mas de estos 6 días. Al estar en la región de la Guajira tuve la oportunidad de abrir completamente mi mente a nuevas cosas y por un momento salir de mi zona de confort. Pude observar paisajes increíbles, una cultura completamente diferente y pude vivir casi una semana de la forma mas sencilla sin afectar mi comodidad.
En el primer día al llegar a playa camarones comprobé que nosotros vivimos en una burbuja aislada de la verdadera situación en la que se encuentra nuestro país. Simple y sencillamente por la forma en la que malgastamos el agua. La situación en la Guajira no es que el agua este contaminada o que haya muy poca, en esta región se puede decir que no hay agua. También porque no tenemos en cuenta que hay niños que el día de hoy se acostaran sin comer nada y que cargan con un peso enorme, debido a que si no logran vender sus artesanías, no podrán brindarle a su familia un poco de ayuda económica. Al llegar a esta playa mientras nosotros disfrutábamos un delicioso arroz con camarones, habían niños alrededor nuestro, suplicándonos que compráramos aunque sea una pulsera, el hambre se notaba en sus caras. Aquí pensé que en nuestras casas se desperdicia mucha comida y desde ese día empecé a pedir una porción mas pequeña para no desperdiciar en absoluto.
Después al montarnos en los kayaks, viendo el atardecer y en fondo los flamencos. Me di cuenta que los paisajes que Colombia tiene no se encuentran en ningún otro lugar en el mundo y el hecho de pensar que estaba en mi país lo hacia aun mas emocionante. En las rancherías volví a comprobar lo mucho que malgasto el agua, 5 minutos son mas que suficientes en la ducha y con tan solo un balde basto para que dos personas pudieran tener un buen baño. También hubo días en los que era preferible no ducharme en la mañana pues iba a hacer muchas actividades en el día y eso lo veía como un malgasto enorme de agua. En mi casa todos los días me baño en promedio 2 veces y lo justifico con que el día esta muy caliente o por simple costumbre. Pero ahora soy consciente que al ahorrar agua no solo contribuyo con la cuenta del agua, pero ayudo al medio ambiente.
Tuvimos el privilegio de ver una diferente cultura y poder pasar una noche en sus casas, donde gentilmente Vanessa la dueña nos conto sobre su diario vivir, sobre sus diferentes costumbres y tradiciones. Esto me abrió la mente pues en Colombia no todas las personas son como las que nos rodean, si abrimos aun mas nuestras mentes nos damos cuenta que son mas las personas que no son como nosotros y que no viven de la forma en la que lo hacemos, no necesariamente esto significa que sean de otras culturas. Yo considero que la cultura Wayuu en muchas aspectos son mas avanzados que nosotros, no porque tengan mejor tecnología o porque vivan en casas mas modernas, pero porque saben vivir con lo justo. No son derrochadores, se preocupan el uno por el otro y los recursos naturales son para ellos las cosas mas preciadas. Nosotros lo tenemos absolutamente todo sin embargo, no somos agradecidos y nos quejamos demasiado, sabiendo que en realidad tan poco tenemos que pedir y tanto que tenemos que agradecer.
Algo que llamo mucho mi atención fue que todas las personas que veíamos en estos lugares eran extranjeras y a pesar de que vinieran de países que pueden ser considerados mas “desarrollados” o mas “organizados” ellos estaban igual o mas asombrados que yo, respecto a lo que tenían en frente de sus ojos. Nunca se me paso por la mente que tan cerca mío hubiera un desierto como el que se encuentra en la Guajira, que en una caminata pudiera escuchar micos gritar o que pudiera ver un cielo tan estrellado y con tantas estrellas fugaces en un mismo lugar. Lo mas impresionante es que este lugar se encuentra en el país en el que llevo viviendo aproximadamente 16 años. Pero esto no es algo de lo que se escucha hablar todos los días, pues las únicas noticias que llegan respecto a Colombia son de la guerrilla, de las corrupciones y cosas por el estilo.
Después de todo lo que vi y viví en esos 6 días, puedo afirmar que esto tuvo un impacto positivo en mi, pues se que debo estar muy agradecida por todo lo que tengo, por cosas que son tan comunes como un plato de comida enfrente mío, o por el agua que tengo para beber y bañarme, por que puedo estudiar y no tengo que responder económicamente ante mis padres. También me ayudo a abrir mi mente y ver de frente a la realidad, esto me motiva a pensar que puedo hacer algo para ayudar a mi alrededor. También me pone feliz pensar que 75 amigos pudimos ir a esta excursión y todos pudimos estar en la misma tónica, no me queda mas que decir este viaje sin duda alguna será inolvidable.
Desde el 26 hasta el 31 de enero, tuve la oportunidad de realizar un viaje por una zona de mi país que me permitió experimentar cosas que en ninguna otra parte del mundo se que podre vivir. El hecho de viajar en un grupo tan grande es algo para muchas personas es poco placentero, pero en mi causo lo contrario, pues si es mas difícil de manejar, pero sin embargo esto fue uno de los aspectos que hizo que pudiera disfrutar aun mas de estos 6 días. Al estar en la región de la Guajira tuve la oportunidad de abrir completamente mi mente a nuevas cosas y por un momento salir de mi zona de confort. Pude observar paisajes increíbles, una cultura completamente diferente y pude vivir casi una semana de la forma mas sencilla sin afectar mi comodidad.
En el primer día al llegar a playa camarones comprobé que nosotros vivimos en una burbuja aislada de la verdadera situación en la que se encuentra nuestro país. Simple y sencillamente por la forma en la que malgastamos el agua. La situación en la Guajira no es que el agua este contaminada o que haya muy poca, en esta región se puede decir que no hay agua. También porque no tenemos en cuenta que hay niños que el día de hoy se acostaran sin comer nada y que cargan con un peso enorme, debido a que si no logran vender sus artesanías, no podrán brindarle a su familia un poco de ayuda económica. Al llegar a esta playa mientras nosotros disfrutábamos un delicioso arroz con camarones, habían niños alrededor nuestro, suplicándonos que compráramos aunque sea una pulsera, el hambre se notaba en sus caras. Aquí pensé que en nuestras casas se desperdicia mucha comida y desde ese día empecé a pedir una porción mas pequeña para no desperdiciar en absoluto.
Después al montarnos en los kayaks, viendo el atardecer y en fondo los flamencos. Me di cuenta que los paisajes que Colombia tiene no se encuentran en ningún otro lugar en el mundo y el hecho de pensar que estaba en mi país lo hacia aun mas emocionante. En las rancherías volví a comprobar lo mucho que malgasto el agua, 5 minutos son mas que suficientes en la ducha y con tan solo un balde basto para que dos personas pudieran tener un buen baño. También hubo días en los que era preferible no ducharme en la mañana pues iba a hacer muchas actividades en el día y eso lo veía como un malgasto enorme de agua. En mi casa todos los días me baño en promedio 2 veces y lo justifico con que el día esta muy caliente o por simple costumbre. Pero ahora soy consciente que al ahorrar agua no solo contribuyo con la cuenta del agua, pero ayudo al medio ambiente.
Tuvimos el privilegio de ver una diferente cultura y poder pasar una noche en sus casas, donde gentilmente Vanessa la dueña nos conto sobre su diario vivir, sobre sus diferentes costumbres y tradiciones. Esto me abrió la mente pues en Colombia no todas las personas son como las que nos rodean, si abrimos aun mas nuestras mentes nos damos cuenta que son mas las personas que no son como nosotros y que no viven de la forma en la que lo hacemos, no necesariamente esto significa que sean de otras culturas. Yo considero que la cultura Wayuu en muchas aspectos son mas avanzados que nosotros, no porque tengan mejor tecnología o porque vivan en casas mas modernas, pero porque saben vivir con lo justo. No son derrochadores, se preocupan el uno por el otro y los recursos naturales son para ellos las cosas mas preciadas. Nosotros lo tenemos absolutamente todo sin embargo, no somos agradecidos y nos quejamos demasiado, sabiendo que en realidad tan poco tenemos que pedir y tanto que tenemos que agradecer.
Algo que llamo mucho mi atención fue que todas las personas que veíamos en estos lugares eran extranjeras y a pesar de que vinieran de países que pueden ser considerados mas “desarrollados” o mas “organizados” ellos estaban igual o mas asombrados que yo, respecto a lo que tenían en frente de sus ojos. Nunca se me paso por la mente que tan cerca mío hubiera un desierto como el que se encuentra en la Guajira, que en una caminata pudiera escuchar micos gritar o que pudiera ver un cielo tan estrellado y con tantas estrellas fugaces en un mismo lugar. Lo mas impresionante es que este lugar se encuentra en el país en el que llevo viviendo aproximadamente 16 años. Pero esto no es algo de lo que se escucha hablar todos los días, pues las únicas noticias que llegan respecto a Colombia son de la guerrilla, de las corrupciones y cosas por el estilo.
Después de todo lo que vi y viví en esos 6 días, puedo afirmar que esto tuvo un impacto positivo en mi, pues se que debo estar muy agradecida por todo lo que tengo, por cosas que son tan comunes como un plato de comida enfrente mío, o por el agua que tengo para beber y bañarme, por que puedo estudiar y no tengo que responder económicamente ante mis padres. También me ayudo a abrir mi mente y ver de frente a la realidad, esto me motiva a pensar que puedo hacer algo para ayudar a mi alrededor. También me pone feliz pensar que 75 amigos pudimos ir a esta excursión y todos pudimos estar en la misma tónica, no me queda mas que decir este viaje sin duda alguna será inolvidable.